
Así, partiendo de la base de que para el la arquitectura era una forma más de arte o un arte en sí mismo, podríamos decir que dentro de su concepto de estética y belleza le concede mayor importancia a la forma, al aspecto y en pocas palabras a todo lo que envuelve al edificio, de este modo, sus arquitecturas impactantes, sus geometrías simples, que generan corrientes visuales, sus volúmenes envolventes y el gusto por materiales inacabados y metálicos, son claro ejemplo de su devoción por la forma y sobre todo por los planos curvos que describen inusuales e incluso impensables estructuras en el lenguaje arquitectónico. Con ello, sin embargo no queremos decir que en sus obras reste importancia a la funcionalidad, practicidad o a la luz (véase sino como respondió a las exigencias de sonoridad de la sala de conciertos Walt Disney), sino que sus obras demuestran que para el no solo es necesario cumplir los objetivos de la arquitectura propiamente dicha (funcionalidad, practicidad, luz…) como todos la entendemos. Para el es necesario indagar en la forma, asumir riesgos, hacer algo que nunca se ha visto para conseguir diferenciarse, para romper con la imagen de disciplina conservadora que persigue a la arquitectura y para poder expresarse libremente a través de los volúmenes.
Al mirar la imagen que escogimos sentimos que nos encontrábamos ante la mesa de trabajo de Gehry repleta de recortes que uniría a la maqueta de su próximo proyecto. Planos que se entrecruzan, curvas que rompen con la monotonía, falta de simetría, formas envolventes que convergen, que te arrastran hacia el interior… Por eso frases como la de Alvar Aaalto, “la belleza es la armonía entre la finalidad y la forma”, puedan acercarnos a su forma de entender la belleza y la estética. Quizás a esto último Frank G. hubiese añadido que la belleza debe ser algo con lo que nos identifiquemos, con lo que nos sintamos a gusto, que nos permita expresar nuestros sentimientos, sin olvidar el objetivo y la finalidad del mismo. No se puede defender como bello algo en lo que no se cree.
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